FERIAS DEL LIBRO 2017




Cada año, sobre el día 23 de abril y en fechas posteriores, se celebra la Feria del Libro en muchos lugares. Para un escritor es un honor formar parte de la monumental Feria del Libro de Sant Jordi, en Barcelona, por la que desfilan millones de personas el día 23 de abril, y también participar en la Feria del Libro de Madrid, que en estas fechas se está celebrando en el Retiro. Ambas reúnen a muchos escritores y escitoras famosos, y también a famosos que no tienen ni idea de escribir, pero a los que se les ha publicado un libro por el tirón mediático que arrastran y que sacan a una editorial de la miseria, pudiendo cubrir sueldos y gastos.

Pero aparte de las ferias famosas, están las que organizan los pueblos más pequeños, con mimo y dedicación, con ese diez por cien de descuento que todos los lectores buscan en tiempos de crisis,  con sus casetas a tope de libros, algunos de los cuales son de escritores locales, felices por ver al fin su libro editado y firmar para familiares, amigos y algún desconocido que se acerca porque alguien le ha hablado de esa obra, o porque le ha llamado la atención la portada o la sinopsis. 

Sueños cumplidos de escritores, flotan como globos de helio en las sencillas ferias del libro, adornadas de mil colores, con variopinta música ambiental y algún juglar que crispa los nervios de los presentes o los deleita, sin términos medios. Y también hay silenciosas súplicas en los ojos de aquellos que firmamos ejemplares, para que el lector que busca un libro, nos encuentre y nos elija esta vez para distraer sus escasos momentos de ocio. Le preguntamos su nombre y lo grabamos para siempre junto con una dedicatoria, en mi caso distinta para cada libro: "Disfruta de estos relatos con un escalofrío...", "Acompáñame a desvelar el misterio..." o "Gracias por tu grano de arena en esta playa inmensa..." Y un deseo vuela al viento, esperando que les guste, que repitan una y otra vez cuando te vean de nuevo en una feria del libro, que sean para siempre tus lectores fieles, que les atrapes entre tus letras, sacándoles de esa inmensidad gris de sus vidas por un instante. Ambiciosos sueños, pero naturales en los escritores.

Y de vez en cuando, lejos del egoismo de captar para tí mismo la atención de los paseantes de feria, asistir a sus presentaciones como público, realizar reportajes sobre los demás compañeros, fotografiarles, subirlo a las redes sociales. Es una ayuda generosa, un pequeño tirón para sus obras, ya que no podemos disfrutar de la estrategia de marketing de las grandes editoriales, que anuncian sus obras incluso en el telediario, y que de vez en cuando ruedan una serie basada en ellas. Un sencillo reportaje gráfico, una recomendación, el boca-oreja que provocará que alguien más compre su libro, solo por curiosidad. Esa es mi contribución y todos a mi alrededor lo saben.

Y sobre todo, nunca se debe pisar, jamás pasar por encima, criticar con malas artes o herir a un compañero o compañera que intenta abrirse camino en el mundo de la literatura. No se debe robarle un lector cuando parecía interesado por su obra y no por la tuya. Jamás. Estamos aquí para vender, está claro, pero no para robar. Pero la calidad de las personas se nota en momentos como este, de competencia y rivalidad. Si alguna persona interesada posa su mirada en tu obra, apresúrate a ir a por él o ella, a metérsela por los ojos, a regalarle los oídos con promesas de que le va a encantar. Pero si se fijara en una obra ajena, debes retirarte con elegancia, incluso puedes llegar a recomendarla, si su género o estilo es del gusto del lector. Eso es digno de escritores bien nacidos.

Y asi, de feria en feria, de pueblo en pueblo, hasta que llegue el verano, y tras un breve periodo de descanso, que comience un nuevo curso, quizá con la suerte de la edición de un nuevo libro, y vuelta a empezar, llevando de un lado a otro tu obra, presentaciones, firmas, promoción en las redes. Y a partir de abril volver a respirar el aroma de cada feria del libro, ese olor a papel y tinta fresca que nos envuelve, y la música ambiental, en cada lugar distinta, pasando frío o calor, mojándonos con la lluvia, pero disfrutando cada vez que dedicamos un libro para Teresa, Mª Cruz, Cristina... y ese deseo de volver a verlas pasado un año, y que te digan que les gustó mucho tu libro, y que vienen en busca de algo nuevo que hayas editado. Placer supremo para un escritor o escritora. Sueños cumplidos.















No hay comentarios:

Publicar un comentario